El coronavirus ha llegado a la zona del noreste de la República Democrática del Congo (RDC) azotada desde hace más de un año y medio por un brote de ébola, informaron las autoridades sanitarias del país centro africano.
El secretario técnico del Comité Nacional Multisectorial de la Respuesta contra el Ébola de la RDC, Jean-Jacques Muyembe, informó de un primer caso de Covid-19 confirmado en Kivu del Norte, una de los dos provincias afectadas por el ébola, junto a la vecina Ituri.
"El origen del caso todavía está bajo investigación", afirmó Muyembe, en un comunicado emitido esta madrugada.
Hasta la fecha, la República Democrática del Congo, que el pasado martes declaró el estado de emergencia y cerró las fronteras nacionales para contener el coronavirus, ha divulgado 54 contagios confirmados y cuatro fallecimientos debido a la enfermedad.
El COVID-19 alcanzó Kivu del Norte mientras las autoridades confían de manera prudente en poder proclamar en la primera quincena de abril el fin de la epidemia de ébola, declarada el 1 de agosto de 2018.
El pasado día 3, la última paciente contagiada de ébola y hospitalizada en el noreste de la RDC fue dada de alta en un centro médico de la ciudad de Beni, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fin del brote de ébola
La OMS recomienda esperar dos periodos completos de incubación (42 días) desde que el último paciente dé negativo por segunda vez antes de declarar el fin del brote.
Según las últimas cifras oficiales, los casos de contagio ascienden a 3.444 personas (3.310 casos confirmados y 134 probables) y el número de muertos se cifra en 2.264, de los que 2.130 dieron positivo en las pruebas de laboratorio.
El brote actual de ébola se ha visto obstaculizado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona, en la que actúan grupos armados y milicias rebeldes que han atacado centros de tratamiento.
Esta epidemia es la segunda peor desde que se conoce la enfermedad, solo superada por el brote que sufrió África Occidental entre 2014 y 2016, que causó más de 11.300 muertos.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 por ciento si no es tratado a tiempo.