Los habitantes de Basora, la segunda ciudad más importante de Irak, fueron testigos de cómo un oso pardo de grandes proporciones, notoriamente perdido y asustado, huyó de automóviles y humanos, hasta ser acorralado y sedado . Si bien las autoridades del principal puerto iraquí no han entregado una versión oficial, medios locales indican que el plantígrado escapó de una jaula en una tienda en la que se encontraba expuesto para su venta.