El precandidato presidencial del Partido Liberal, Vlado Mirosevic, acusó un "gustito ideológico y personal" por parte del presidente de Argentina, Javier Milei, tras los polémicos dichos de autoridades trasandinas en contra del Gobierno chileno.
En entrevista con El Diario de Cooperativa, el diputado oficialista indicó que "más que Javier Milei y Gabriel Boric, son las declaraciones de autoridad argentina en contra de Chile. Difícil interpretarlo de otra manera. No es que nosotros estemos buscando esta escalada de declaraciones".
"Si uno mira la declaración del propio Presidente Boric, es bastante nítida en términos de no escalar, sino que llamar a la humildad y decir: 'nosotros podremos tener diferencias, pero aquí los gobiernos se van, los presidentes se van y siguen los pueblos y siguen los estados'", analizó el parlamentario.
Frente a esta situación, Mirosevic acusó "una animosidad ya bastante demostrada de una parte (Milei), que prefiere poner la ideología por encima y que está dispuesto a comprometer las relaciones diplomáticas, las relaciones entre los estados, con tal de darse un gustito ideológico y un gustito personal, probablemente también hablándole a la interna de asuntos políticos domésticos".
En su opinión, es necesario que las autoridades chilenas "no caigan en las provocaciones", dado que, aunque estos ataques son "una cuestión muy delicada y preocupante", no es la primera vez que el país se enfrenta a una situación similar.
"Chile es un país que en esto siempre nos vamos a comportar de la misma manera, que es no enganchar y seguir adelante. Le recuerdo esto nos ha pasado con otros países, por ejemplo, con Bolivia en el contexto de la Haya. Se recordarán como Evo Morales atacaba permanentemente a la Presidenta Bachelet y al canciller Heraldo Muñoz de la época. Eran ataques sistemáticos y Chile no cayó en las provocaciones", puntualizó el abanderado liberal.
Finalmente, descartó que se deba llamar a consulta al embajador en Argentina, José Antonio Viera-Gallo, asegurando que está realizando un "extraordinario trabajo" en el país vecino y "no vale la pena interrumpir su trabajo y escalar un conflicto en el que Chile no tiene ningún interés".