El papa Francisco abogó este jueves en el Congreso de Estados Unidos por la "abolición mundial de la pena de muerte" porque "una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación".
"Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad solo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito", añadió.
El pontífice, el primer papa que interviene ante el Congreso estadounidense, recordó en el contexto de su petición para acabar en el mundo con la pena capital que "el parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros".
"La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo", agregó Jorge Mario Bergoglio en relación con la pena de muerte, que sigue vigente en Estados Unidos.
Ante el Congreso: "Su deber es construir puentes"
El papa afirmó ante el Congreso que su "deber es construir puentes" y reconoció los "esfuerzos que se han realizado en los últimos meses" para superar lo que denominó "diferencias históricas".
"Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo (...) se abren nuevos horizontes para todos", dijo el pontífice, quien esta semana visitó Cuba tras la reanudación de relaciones de ese país con Estados Unidos, en la que el Vaticano ha contribuido decisivamente.
Valoró que estos acercamientos entre países han requerido y requieren "coraje, audacia, lo cual no significa falta de responsabilidad".
El papa consideró en su discurso, pronunciado en inglés, que "ser un agente de diálogo y de paz significa estar verdaderamente determinado a atenuar y, en último término, a acabar con los muchos conflictos armados que afligen nuestro mundo".
Y a continuación se preguntó: "¿Por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero".
Denunció que se trata de "un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas", pidió el pontífice.
En la sesión especial, abogó por "acabar con los muchos conflictos armados que afligen nuestro mundo". (Foto: EFE)
"Le pido por favor a ustedes que recen por mí"
Posteriormente, el papa bendijo a la multitud que se congregó al lado del Capitolio en Washington y dijo, en unas palabras pronunciadas en español: "le pido por favor a ustedes que recen por mí".
"Y si entre ustedes hay algunos que no creen o no pueden rezar les pido por favor que me deseen cosas buenas", agregó Jorge Mario Bergoglio, quien acababa de pronunciar un histórico discurso ante el Congreso de EE.UU., reunido en sesión conjunta.
"Buenos días, agradezco su acogida y su presencia", dijo el papa a los miles de personas congregadas en la gran explanada del National Mall.
Añadió que "los personajes más importantes" reunidos en el lugar eran "los niños".
"Quiero pedirle a Dios que los bendiga", dijo el pontífice, quien agregó: "Señor, padre nuestro de todos, bendice a este pueblo, bendice a cada uno de ellos, bendice a sus familias, dales lo que más necesitan".
"Muchas gracias y que Dios bendiga a América", concluyó el papa, en inglés, antes de retirarse al interior del edificio del Capitolio.
El papa pronunció un discurso en el que utilizó como referencias cuatro personalidades de la historia estadounidense, el expresidente Abraham Lincoln, el Premio Nobel de la paz Martin Luther King, la fundadora del Movimiento de Trabajadores Católicos, Dorothy Day, y el monje cisterciense Thomas Merton.