Un total de 47 personas fueron ejecutadas este sábado en varias provincias de Arabia Saudí por pertenecer a grupos terroristas y perpetrar atentados en el reino, entre ellas el prominente clérigo chií disidente Nimr Baqir al Nimr.
Según informó el Ministerio saudí del Interior, los ajusticiados son en su mayoría de nacionalidad saudí, salvo un egipcio y un chadiano.
Los cargos incluyen también la adopción y promoción de la ideología "takfiri" (extremista suní), el asesinato, el secuestro, la fabricación de explosivos y la posesión de armas, entre otros.
Algunos de los ataques imputados a los condenados son los registrados contra varios complejos residenciales de Riad en 2004 y contra sedes de empresas petroleras en la provincia de Al Jabar en 2005, donde hubo varios muertos.
También los atentados contra el Ministerio del Interior y las sedes de la Fuerzas de Emergencia en 2005 o el ataque contra el consulado estadounidense en Yeda ese mismo año, en el que fallecieron cuatro personas.
Campaña de desestabilización
Grupos islámicos extremistas comenzaron en mayo de 2003 una campaña de desestabilización del régimen saudí con varios atentados contra la colonia occidental que trabaja en el país y contra las instalaciones petroleras.
Estos atentados, en los que hubo decenas de fallecidos, fueron contestados con una lucha sin cuartel de las fuerzas saudíes, que detuvieron a numerosos supuestos terroristas.
En los últimos dos años, cientos de personas han sido condenadas por terrorismo en el reino, y también se ha cebado con la minoría chií.
El clérigo chií ejecutado hoy fue sentenciado a la pena capital por desobedecer a las autoridades, instigar a la violencia sectaria y ayudar a células terroristas.
Al Nimr fue detenido en julio de 2012 por apoyar los disturbios contra las autoridades saudíes que estallaron en febrero de 2011 en la provincia de Al Qatif, en el este del país y de mayoría chií.
Su condena a muerte levantó un fuerte malestar entre la comunidad chií saudí y fue también criticada por importantes ayatolás de Irán, la potencia chií rival de Arabia Saudí.
Arabia Saudí aplicó la pena de muerte a más de 140 personas en 2015, el primer año de reinado de Salman bin Abdelaziz, una cifra muy superior a las 88 ejecuciones registradas en 2014.