Texas ejecutó a un preso tras 31 años en el corredor de la muerte
Lester Bower estaba acusado por la muerte de cuatro personas en 1983.
Se trata del preso de mayor edad ejecutado nunca en Texas.
Brown pasó 31 años en el corredor de la muerte.
Lester Bower estaba acusado por la muerte de cuatro personas en 1983.
Se trata del preso de mayor edad ejecutado nunca en Texas.
Brown pasó 31 años en el corredor de la muerte.
El estado de Texas, en Estados Unidos, ejecutó a Lester Bower, un hombre de 67 años que pasó las últimas tres décadas en el corredor de la muerte condenado por el asesinato de cuatro personas en 1983 y que aseguraba, no cometió.
A Bower lo declararon muerto a las 18:36 hora local del miércoles (23:36 GMT; 20:36 hora de Chile) tras ser ejecutado con una inyección letal de pentobarbital en la cárcel de Huntsville, según notificó el Departamento de Justicia Criminal de Texas.
Sus últimas palabras fueron: "Mucho se ha escrito sobre mi caso y no todo es verdad. Pero ahora el tiempo ha terminado y es hora de seguir adelante. Quiero dar las gracias a mis abogados por todo lo que han hecho. Ellos me han dado los últimos 25 años de mi vida".
El preso también tuvo palabras de agradecimiento para su esposa, sus dos hijas, amigos y familiares por su "apoyo inquebrantable".
Bower era un veterano del corredor de la muerte texano: tan solo nueve de los 264 presos que lo integran fueron encerrados antes que él, y durante todo este tiempo vivió en primera persona 522 de las 525 ejecuciones realizadas en el estado.
También se trata del preso de mayor edad ejecutado nunca en Texas.
El caso
El caso se remonta al 8 de octubre de 1983, cuando Bower decidió comprar una avioneta a Bob Tate, que ese día apareció muerto junto a otras tres personas, todos con tiros en la cabeza, en un aeródromo privado ubicado en un rancho de Sherman, en el norte de Texas.
Los otros cuerpos eran los de Ronald Mayes, ex agente de la Policía de Sherman; Philip Good, agente del Sheriff del condado de Grayson; y Jerry Brown.
En un principio, la investigación vinculó los asesinatos con el tráfico de drogas, pero el registro de llamadas de Tate situó a Bower en el lugar del crimen.
Bower fue detenido cuando los investigadores, a los que mintió para que su esposa no descubriera que había comprado la avioneta, encontraron partes del vehículo en su garaje.
Los fiscales del caso acusaron a Bower de matar a Tate para robarle la avioneta y de asesinar a los otros tres cuando aparecieron de forma inesperada, pese a que no había testigos y que nunca se encontró el arma homicida.
Bower se convirtió hoy en el decimoquinto preso ejecutado este año en Estados Unidos, ocho de ellos en Texas.