La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó un proyecto de ley que prohíbe a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) la acumulación masiva de datos telefónicos de estadounidenses.
La Cámara Baja, dominada por los republicanos, aprobó por 303 votos a favor, además de 121 en contra, la propuesta apoyada por el presidente Barack Obama, que ahora debe ir al Senado, donde puede ser objeto de enmiendas.
La iniciativa legal tiene como principal objetivo ordenar el fin del acopio masivo de "metadatos" telefónicos (características de las llamadas, pero no el contenido) denunciado por el ex analista externo de la NSA Edward Snowden.
El presidente Obama prometió en su día que se le iba a retirar a la NSA la tarea de controlar esos datos y se le iba a encargar a otra entidad.
Para ello, Obama presentó el pasado enero una propuesta que incluía el fin de la acumulación de datos telefónicos por parte de la NSA y dejaba esa responsabilidad a las compañías telefónicas, debido a la posibilidad de que eso vulnerase las protecciones a la privacidad contenidas en la Constitución y llevase a casos en los que se obvian los requisitos judiciales.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, valoró que los legisladores "se hayan puesto de acuerdo para realizar esta crítica reforma en un momento en que EE.UU. sigue bajo amenaza terrorista".
Los críticos consideran que la ley propuesta por la Cámara de Representantes no es lo suficientemente estricta, ya que requiere a las empresas telefónicas mantener todos sus registros durante 18 meses.
La NSA tendría acceso a esos datos, siempre que obtenga una autorización de un tribunal y tenga como objetivo detener un plan terrorista orquestado en el extranjero.
La directora de la Unión de Libertades Civiles (ACLU) en Washington, Laura Murphy, indicó en un comunicado que "pese a no ser perfecto, la propuesta de ley es una declaración de intenciones ambigua sobre la intención del Congreso de reinar sobre una NSA fuera de control".
La Casa Blanca apoya la propuesta legal de la Cámara, que ahora deberá pasar al Senado, de mayoría demócrata.
Pese a las críticas, esta legislación es hasta el momento la más significativa respuesta a las filtraciones desde el pasado verano de Snowden, trabajador de un contratista de la NSA, que reveló cómo la agencia recopilaba datos telefónicos y comunicaciones en internet.