El Senado argentino aprobó un proyecto opositor que ya había sido autorizado por la Cámara de Diputados y que busca frenar los fuertes aumentos en las tarifas de la electricidad, el gas y el agua impulsados por el gobierno de Mauricio Macri desde su llegada al poder en diciembre de 2015.
La iniciativa, que el Ejecutivo de Macri prevé vetar -como lo ampara la Constitución- por el millonario costo fiscal que supondrá, fue aprobada esta madrugada, tras 12 horas de debate, con 37 votos a favor y 30 en contra, y retrotrae a noviembre de 2017 las tarifas, para desde esa fecha subordinar los incrementos a la evolución de los salarios.
La oposición peronista presentó este proyecto con la vista puesta en aliviar el costo en los bolsillos de la población, que sufre una todavía alta inflación en un contexto económico que se ha agravado por la fuerte depreciación del peso del último mes, lo que llevó al Gobierno a pedir un préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Estamos en una crisis energética porque nadie se ocupó de trabajar para tener soberanía energética. De pasar de exportar, terminamos importando", criticó el senador oficialista Alfredo de Angeli, convencido de que "hay que sincerar las tarifas" tras años desactualizadas por los fuertes subsidios públicos que establecieron los Gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015).
"Acá hay un presidente que está actuando con responsabilidad y poniendo la verdad sobre la mesa de tantos años de dejadez que hubo en nuestra Argentina", remarcó De Angeli.
Tras decenas de oradores y a su turno al filo de acabar la sesión, la expresidenta y actual senadora Cristina Fernández defendió la que fue su gestión y fue muy crítica con la política de su sucesor.
"Es mentira que se hayan eliminado los subsidios: se eliminaron los subsidios que financiaba el Tesoro Nacional, pero ahora son los ciudadanos los que están subsidiando la rentabilidad de las empresas (energéticas)", subrayó en un largo discurso.
En el mismo sentido, advirtió que "es catastrófico" el estado de los precios de la economía relativos al dólar, las tarifas, tasas de interés, los salarios, y el precio de bienes y servicios.
"Los salarios se han depreciado, el dólar se ha detonado, la tasa de interés vuela por los aires y el precio de las cosas que la gente consume también se ha disparado", destacó la ex mandataria, que consideró que si a todo ello se juntan los "tarifazos", el problema es "muy grave".
Ya en la mañana del miércoles, en una entrevista radiada, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, insistió en que esta subida servirá para equiparar las facturas de la ciudad de Buenos Aires con las del resto del país, que registran mayores valores.
En medio de una fuerte discrepancia en una Cámara en la que ningún grupo tiene mayoría absoluta, María de los Ángeles Sacnun, senadora por el Frente para la Victoria (peronismo kirchnerista), destacó en la sesión la situación de "profundo padecimiento" que a su juicio "está pasando el pueblo argentino".
"Se considera pobre energético aquél que destina más de un 10 por ciento al pago de las tarifas. Están sumiendo a las argentinas y argentinos a una situación de absoluta pobreza energética. (...) Estos tarifazos están conculcando el derecho a la vida, al trabajo y a la salud", sentenció, convencida de que en Argentina se ha puesto en marcha "una gran estafa".
Si bien Macri no llegó a confirmar directamente si vetará la ley, sus declaraciones apuntan a ello y diversos miembros del oficialismo han asegurado que así será, como ya ocurrió en siete ocasiones desde que llegó a la Presidencia: tres fueron vetos parciales y cuatro totales.