El empresario Ángelo Calcaterra, primo del presidente de Argentina, Mauricio Macri, se presentó en los tribunales de Buenos Aires para declarar por la presunta red de sobornos a funcionarios durante los Gobiernos kirchneristas.
Según informaron fuentes jurídicas, Calcaterra acudió espontáneamente al juzgado para colaborar con la investigación que se abrió por los apuntes que hizo un chófer del ministerio de Obras Públicas y Energía, en los que supuestamente dejó constancia de los recorridos que hacía para juntar dinero que empresarios destinaban para obtener contratos.
Por el momento se desconoce el contenido de la declaración de Calcaterra, quien hasta 2017 fue dueño de Iecsa, una de las empresas que más contratos ganó entre 2003 y 2015 y que está mencionada en los cuadernos que escribió Óscar Centeno y cuyo ex gerente, Héctor Sánchez Caballero, ya ha sido detenido.
En los últimos días se produjeron una veintena de detenciones de empresarios y ex altos cargos de los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015), ambos señalados como posibles beneficiados de esas coimas.
Hasta ahora, el juez Claudio Bonadio no ha imputado al primo del presidente.
En el expediente judicial ya declararon como "arrepentidos" -que otorga beneficios penales para los acusados que reconozcan los hechos y colaboren con la justicia- el propio Centeno y Juan Carlos De Goycoechea, ex director en Argentina de la española Isolux Corsán.
Además de De Goycoechea, Sánchez Caballero, Centeno, Baratta y otros ex funcionarios, permanecen en la cárcel los empresarios Carlos Wagner, ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción; Gerardo Ferreyra y Jorge Neira, de Electroingeniería; Armando Loson, del Grupo Albanesi; Claudio Javier Glazman, de Sociedad Latinoamericana de Inversiones; y Carlos Mundin, de BTU.
La justicia todavía busca a Oscar Thomas, ex director ejecutivo del sector argentino del ente Binacional Yacyretá.