Las restricciones de Libia a la asistencia humanitaria y la inseguridad llevaron a las organizaciones a detener sus operaciones.
El gobierno de Tripoli planea establecer su propia zona de búsqueda.
En 2017 -hasta el viernes- han desembarcado 96.930 inmigrantes en Italia.
Las restricciones de Libia a la asistencia humanitaria y la inseguridad en la zona han llevado a tres organizaciones no gubernamentalesa suspender los rescates de inmigrantes en el Mediterráneo.
La primera de ellas, Médicos Sin Fronteras, canceló las operaciones con su nave "Prudence" ayer sábado, a causa de la inseguridad y de "las restricciones a la ayuda humanitaria" por parte de las autoridades libias.
La alemana Sea Eye, con dos naves con bandera holandesa, alegó hoy domingo la suspensión temporal de su misión por el "cambio de la situación de la seguridad en el Mediterráneo occidental" y por el "explícito trato en contra de las ONG" por parte de los guardacostas libios.
Mientras, Save the Children anunció con "pesar" que su buque "Vos Hestia" quedará atracado en Malta "a la espera de comprender si se dan las condiciones de seguridad para retomar las operaciones", debido a "situación preocupante" que se perfila en el fragmentado país.
Lo que más les preocupa es la intención del Gobierno de Unidad de Tripoli -controladora de una pequeña parte occidental del país- de establecer su propia zona de búsqueda y rescate más allá de las 12 millas de aguas territoriales, "empujando" más adentro a las ONG que rescataban en aguas internacionales y se desconoce si podrán acceder a dicha zona.
El fundador de Sea Eye, Michael Buschheuer, dijo que "continuar con su trabajo y los rescates no es posible" ya que "no se puede garantizar la seguridad de la tripulación", al igual como subrayó a Efe el jefe de misión de la española Proactiva Open Arms, Riccardo Gati, quien advirtió de que los guardacostas libios, adiestrados por la Unión Europea, "son verdaderamente peligrosos" porque "disparan".
Por el momento el flujo migratorio hacia Italia, generalmente desde Libia, continúa a la baja y en 2017 -hasta el viernes- han desembarcado 96.930 inmigrantes, un 3,86 por ciento menos que hace un año, según el ministerio del Interior.
