Presidente del BID enfatiza que se debe "empoderar a las emprendedoras"
Las pymes lideradas por mujeres "enfrentaban todo tipo de obstáculos incluso antes de la pandemia", recordó.
Las pymes lideradas por mujeres "enfrentaban todo tipo de obstáculos incluso antes de la pandemia", recordó.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, aseguró en una columna que para acelerar el crecimiento en América Latina y el Caribe hay que partir por "empoderar a las emprendedoras".
"Los gobiernos están haciendo lo correcto al ayudar a millones de mujeres que se quedaron sin empleo durante la crisis y ahora necesitan adquirir nuevas destrezas para reintegrarse al mercado laboral. Pero también pueden dinamizar la reactivación si atienden las necesidades de un pequeño, pero muy estratégico segmento de mujeres que nunca dejó de trabajar: las dueñas y gerentas de 1,3 millones de pequeñas y medianas empresas en la región", comentó.
El timonel del BID enfatiza en su texto: "Para ponerlo de otra manera, estas líderes operan un tercio de las pymes en nuestros países, por lo cual su éxito nos incumbe a todos".
Para Claver-Carone, estas pequeñas empresas desarrolladas por mujeres "enfrentaban todo tipo de obstáculos incluso antes de la pandemia", siendo el mayor de estos "la falta de acceso al crédito debido a los prejuicios de género. Muchos estudios muestran que las empresarias sufren más problemas para conseguir préstamos bancarios, a pesar de que son más propensas a repagarlos que sus pares masculinos".
Pese a esta desventaja, para el ejecutivo "la buena noticia es que muchas emprendedoras han sorteado estas dificultades con creatividad y empeño. Por su pasión por sumar clientes y abrirse paso en nuevos mercados, éstas representan precisamente el tipo de empresas generadoras de ingresos y empleos que desesperadamente necesitan nuestros países".
"Ayudar a estas emprendedoras nos beneficiaría a todos, no sólo a las mujeres. Los réditos de empoderar a las mujeres de empresa -así como darles empleo a más mujeres- son enormes. Tan sólo equiparar los ingresos de hombres y mujeres en la fuerza laboral podría aumentar el PIB regional en 23%, sumando más de US$ 1 billón al ingreso regional para el 2025", proyectó.
"No conozco otra medida de política económica capaz de ofrecer una tasa de retorno sobre la inversión tan impactante", concluye el prsidenteo del BID.
Para acelerar el crecimiento, hay que empoderar a las emprendedoras
A medida que los países de América Latina y el Caribe dejan atrás la pandemia, cada vez hay más evidencia de que una de las maneras más efectivas de acelerar el crecimiento es empoderar a las mujeres.
Los gobiernos están haciendo lo correcto al ayudar a millones de mujeres que se quedaron sin empleo durante la crisis y ahora necesitan adquirir nuevas destrezas para reintegrarse al mercado laboral. Pero también pueden dinamizar la reactivación si atienden las necesidades de un pequeño, pero muy estratégico segmento de mujeres que nunca dejó de trabajar: las dueñas y gerentas de 1,3 millones de pequeñas y medianas empresas en la región.
Para ponerlo de otra manera, estas líderes operan un tercio de las PYME en nuestros países, por lo cual su éxito nos incumbe a todos.
Sus empresas enfrentaban todo tipo de obstáculos incluso antes de la pandemia. El mayor siempre ha sido la falta de acceso al crédito debido a los prejuicios de género. Muchos estudios muestran que las empresarias sufren más problemas para conseguir préstamos bancarios, a pesar de que son más propensas a repagarlos que sus pares masculinos.
El financiamiento es especialmente vital para las emprendedoras en el campo de la tecnología. Antes del 2020, esta industria venía creciendo rápidamente en la región. Según una encuesta realizada el año pasado por BID Lab, el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo, entre 405 startups lideradas por mujeres, más de 80% de ellas habían sido creadas en los últimos cinco años y casi 70% habían contratado al menos dos empleados.
Casi dos tercios de las encuestadas dijeron que las dificultades para conseguir capital habían limitado sus oportunidades para crear y desarrollar sus negocios. Un 44% obtuvo financiamiento de fuentes muy cercanas como ahorros personales, familiares o amigos. Un porcentaje similar consiguió recursos de "ángeles" inversionistas, aceleradoras o incubadoras de empresas, incluyendo aquellas de origen estatal.
Aunque la disponibilidad de este último tipo de capital de riesgo ha estado creciendo lentamente, aún resulta demasiado escaso para las necesidades de la región. En el caso de las PYME lideradas por mujeres, la brecha de financiamiento se calcula en unos US$ 93.000 millones, según la Corporación Financiera Internacional.
La buena noticia es que muchas emprendedoras han sorteado estas dificultades con creatividad y empeño. Por su pasión por sumar clientes y abrirse paso en nuevos mercados, estas representan precisamente el tipo de empresas generadoras de ingresos y empleos que desesperadamente necesitan nuestros países.
Ayudar a estas emprendedoras nos beneficiaría a todos, no sólo a las mujeres. Los réditos de empoderar a las mujeres de empresa -así como darles empleo a más mujeres- son enormes. Tan sólo equiparar los ingresos de hombres y mujeres en la fuerza laboral podría aumentar el PIB regional en 23%, sumando más de US$ 1 billón al ingreso regional para el 2025.
No conozco otra medida de política económica capaz de ofrecer una tasa de retorno sobre la inversión tan impactante.
Es por ello que empoderar a las mujeres es fundamental para el futuro de la región. Para lograrlo a gran escala se necesitará un esfuerzo mancomunado de los sectores público y privado. Afortunadamente, no faltan oportunidades para lograr buenos resultados.
Con apoyo del BID, la organización Kaudal (spin off de Laboratoria) ofrece entrenamiento en habilidades digitales en Chile y Honduras, para promover la inserción de las mujeres en la economía digital, o para la transformación digital de las pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres.
El BID trabajó con el Grupo Técnico de Género de la Alianza del Pacífico para abordar las brechas de conocimiento sobre los obstáculos que enfrentan las MIPYMES al momento de integrarse a los mercados internacionales. Se realizaron estudios en 2016 y en 2019 para recuperar información a través de encuestas y entrevistas de más de 2000 mujeres empresarias en Chile, Colombia, México y Perú.
El BID está ampliando su apoyo financiero y técnico a este tipo de iniciativas como parte de la Visión 2025, una hoja de ruta para alcanzar una recuperación sostenible e inclusiva. Colaborando con los sectores público y privado, podemos impulsar dramáticamente el emprendimiento femenino, creando empleos de calidad que beneficiarán a la región por décadas.
Sólo necesitamos más aliados. Juntos podemos lograrlo.