En una presentación magistral, el suizo Stanislas Wawrinka (9° del ránking ATP) sorprendió al serbio Novak Djokovic (1°) en la final de Roland Garros, al derrotarlo en cuatro sets, por parciales de 4-6, 6-4, 6-3 y 6-4, conquistando así, su primera corona en el abierto parisino.
El oriundo de Lausana, que llegó acorazado a la definición, luego de despachar al crédito local, Jo-Wilfried Tsonga, no arrancó bien ante el número uno del planeta y, tras ceder su saque en el séptimo game, terminó cayendo en el primer set en 43 minutos.
No obstante, el ganador de Australia en 2014 supo recuperarse en la segunda manga, amén de certeros golpes y un break en el décimo juego -luego de cinco intentos fallidos- y se impuso por idéntico score en cerca de una hora, para dejar las cosas 1-1.
Posteriormente, el helvético dejaría en claro que su gran performance no era mera casualidad, pues continuó mostrando su mejor repertorio, dejando sin respuesta al de Belgrado y adueñándose del tercer asalto por 6-3 en 42’, dando vuelta el marcador.
Todo se definiría en el cuarto set; Novak inició mejor y llegó a estar 3-0 arriba, amen del break propinado en el segundo juego; sin embargo, 'el invitado de piedra no quiso bajarse de la nube’, le devolvió dos quiebres al serbio y selló el asunto con un 6-4, para el 3-1 definitivo, en tres horas y 12 minutos de partido.
De esta manera, Wawrinka conquistó por primera vez el certamen francés, segundo Grand Slam de su carrera, alcanzó su décimo título y, de paso, privó una vez más que Djokovic alzara el trofeo parisino, único Grand Slam que no luce en su palmarés.