Seleccionador de Australia teme a los "trucos" uruguayos para el repechaje
El holandés Guus Hiddink, técnico del conjunto oceánico, insinuó que los celestes no juegan limpio cuando se trata de conseguir un objetivo como clasificar a un Mundial.
El holandés Guus Hiddink, técnico del conjunto oceánico, insinuó que los celestes no juegan limpio cuando se trata de conseguir un objetivo como clasificar a un Mundial.
El entrenador de la selección australiana, el holandés Guus Hiddink, señaló que Uruguay empleará todos los trucos posibles para lograr la clasificación al Mundial de Alemania 2006, según informó el diario nacional Sunday Telgraph.
"Los australianos son deportistas muy abiertos, pero los uruguayos siempre están buscando los límites permitidos en el campo de juego. Me imagino que saben a lo que me refiero", le manifestó Hiddink a dicho medio.
Las declaraciones de Hiddink no hacen más que agravar las ya poco amigables relaciones entre uruguayos y australianos, que deberán decidir el repechaje para la próxima la Copa del Mundo de Alemania 2006, disputando partidos de ida y vuelta el 12 de noviembre en Montevideo y cuatro días después en Sidney.
Con tales declaraciones Hiddink parece estar enviando un mensaje al árbitro danés Claus Bo Larsen, mediante el cual indica que los celestes tienen una "reputación particular" cuando juegan como locales.
Según el matutino, Uruguay es visto como lugar de producción de
futbolistas que juegan "sucio" y que ganan en forma "poco caballeresca", estereotipo representado por el defensa celeste Paolo Montero.
Hiddink pide que prevalezca la justicia, aunque espera un ambiente hostil similar al de 2001, cuando ambas selecciones se enfrentaron para decidir una plaza al Mundial de Corea del Sur-Japón 2002 y los jugadores australianos fueron golpeados y escupidos en el aeropuerto de Montevideo.
Por otra parte, Hiddink reconoce el poderío futbolístico de su rival. "La selección uruguaya tiene jugadores de mucha experiencia. Alvaro Recoba y Marcelo Zalayeta son muy peligrosos en el ataque, y después tienen a Pablo García en el mediocampo y Paolo Montero en la defensa".
"Ellos tienen muchos futbolistas en Europa que juegan por clubes importantes. El equipo australiano también tiene jugadores en Europa, pero son un poco diferentes a los uruguayos. Estamos impacientes por disputar los partidos, pero sé que serán muy difíciles", agregó Hiddink.
"Estamos bien preparados y los jugadores australianos han adquirido una importante experiencia en los últimos cuatro años. Sin embargo, las probabilidades se vuelcan en un 60-40 a favor de los uruguayos", continuó el estratega.
Australia se opone al cambio de horario
La Federación de Fútbol de Australia (FFA) pretende rechazar el cambio de hora propuesto por la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) para el partido del 12 de noviembre en el Estadio Centenario de Montevideo, según el diario The Sydney Morning Herald.
Los "charrúas" quieren adelantar el encuentro de las 21:00 a las 17:00 horas locales (20:00 y 16:00 de Chile, 23:00 y 19:00 GMT).
De cambiarse el horario, los uruguayos podrían tomar un vuelo de Lan Chile que viaja de Santiago a Sidney el mismo sábado, lo que les garantiza llegar a Australia el lunes por la mañana, con 48 horas para aclimatarse y prepararse para el duelo de vuelta.
Pero la FFA no estaría dispuesta a darle ninguna ventaja a sus adversarios y quiere rechazar la modificación.
Si el choque de Montevideo comienza a las 21:00 horas, lo más pronto que los celestes podrían viajar -si no consiguen un vuelo chárter- sería el domingo 13 de noviembre por la noche, con lo que llegarían a Sidney el martes por la mañana, sólo 36 horas antes de la revancha.
Por su parte, anticipando los problemas de transporte, el conjunto visitante ya reservó un chárter que abandonará Uruguay a las 02:00 horas del domingo y llegará a territorio oceánico el lunes por la tarde.
Australia no accede para un Mundial desde 1974, cuando participó por primera y única vez en el certamen organizado por la ex Alemania Occidental, por lo que el pasaje a la Copa 2006 se ha transformado en una obsesión para sus futbolistas y dirigentes. (EFE)